One Shot: El crítico de anime.

Tengo 22 años, acabo de terminar de tener sexo con una mujer bastante atractiva, pero en vez de tener mi verga de color rojo por tanto sexo, lo que tengo rojo es mi mejilla izquierda, pues recibí una potente cachetada por parte de ella.
Gracias a esto, me he dado cuenta de lo mucho que me he jodido. ¿Por qué me golpeo? Bueno, es obvio, soy un crítico…aunque ya no solo de anime.
Me estoy jodiendo, lo que comenzó siendo divertido, ahora me está arruinando la vida, supongo que no soy lo suficientemente capaz para llevar el peso de ser un crítico.
Me pregunto si esto le ha pasado a alguien más.

Regresemos unos minutos antes de que ella me golpeara.

ESCENA 1: EL GOLPE

Ella dejo de montarme, se tiro al lado derecho de la cama, a mi lado. Yo me saque el condón de la verga y lo tire al tacho de basura al lado izquierdo de mi cama. Ella me abrazo y me dio un beso en la mejilla izquierda, regresó a su lugar y exclamó:
— ¡Eso fue increíble!
—6/10. —respondí. Y mierda, lo hice con una voz que para ella no fue agradable.
— ¿Tienes que ponerle nota a todo? —me preguntó muy molesta. —Ya no puedo soportar más esto. ¿El sexo solo fue decente? ¡Púdrete! No tengo que soportar esto.

Y me golpeo…muy duro. Inmediatamente se fue y me quede mirando al techo. Yo no quería decir eso, ella me agrada mucho, no quería perderla, pero no pude quedarme callado, mi boca habló por sí misma, tiene vida propia.

ESCENA 2: TIENDA

Al día siguiente me prepare un delicioso desayuno, termine de comerlo y solo dije 9/10, y ni siquiera tengo puta idea de cómo juzgar la comida…solo sé que sabía bien.
Luego me senté a ver anime mientas digería. No tenía ganas de verlo, la serie era una mierda, pero unos amigos me habían pedido que la reseñara ya que ellos tenían dudas sobre su contenido, y me lo pidieron a mí porque confiaban en mi criterio. Y tuve que aceptar, después de todo…no lo sé…que alguien te pida eso…es lindo.

Luego tenía que ir a comprar al mercado para poder cocinar, ya que vivo solo. Pero tenía mucha flojera así que solo fui a una tienda que quedaba cerca y compre lo esencial para cocinar algo rápido: Un par de papas, arroz y par de huevos para freír.
Llegue a la tienda, la encargada era una chica joven, estaba tomando el lugar de su madre. Me acerque a ella y le dije:
— ¿Tienes azúcar?
—Sí. —me respondió sonriente.
—Ya, entonces dame un kilo de arroz. —dije para luego mirar hacia un lado. Ella se quedo quieta en silencio por un instante, estaba procesando.
—Enseguida. —dijo sonriente luego de recuperarse.

Pedí el resto de lo que vine a comprar, y además compre un cartón de juego de durazno.
Guarde todo en una bolsa negra que ella me entrego.

En ese momento alguien más salió, era un chico, era otro encargado; al parecer eran hermanos. Ella me sonrío y me dijo:
—Espero que no haya tenido problemas con el servicio.
—3/10, pendeja. —le dije con un rostro serio, y ella solo me miro extrañada. —. Me trataste bien y eso, pero tu horrible cara lo arruino todo. Tu puta sonrisa es un asco.
Me repugnas ¡3/10 dije!
Ella me seguía mirando, y forzó una sonrisa.
—Que tenga un buen día. —dijo en voz baja.
— ¡No lo digas si no lo sientes, perra pretenciosa!

Termine de hablar y me di la vuelta para salir rápido. ¿Por qué mierda hice eso? Ahora ya no voy a poder volver a este lugar. ¿Qué me está pasando?
Me hice esas preguntas, y regrese para disculparme, esto estaba mal. Al llegar cerca de la puerta, los escuche conversar.
— ¿Qué rayos está mal con ese chico? —pregunto ella.
—No te lo tomes a pecho, hermana. Ha sido poseído por el espíritu de la crítica.
—Oh! Ya entiendo. ¿Pero porque crítico mi cara? Mi servicio fue bueno como él mismo dijo, ¿acaso solo le importa los colores bonitos y no el contenido?

Esas palabras me mataron, ya no podía entrar, me sentía extraño. ¿Es que no solo tengo un problema? Primero mi problema con ponerle nota a todo, ¿y ahora solo me importaron los colores bonitos y no el argumento? Me estoy deshaciendo.
Llegue a casa y tome una ducha, cocine, comí, y salí a trabajar.
Mi trabajo es ser camarero en un restaurante de lujo, ¿Cómo conseguí el empleo? Bueno, me tuve que…coger a la dueña. Pero valió la pena, pagan bien.

ESCENA 3: TRABAJO

Y pasó algo común, una pareja estaba a punto de comprometerse. El hombre se arrodillo con el anillo entre sus dedos, mientras ella se cubría la boca con ambas manos, supongo que tiene mal aliento o que se yo.
Él le preguntó que si se quería casar, y ella acepto, se abrazaron y besaron. Todos felicitaban a la pareja con aplausos y gritos de apoyo. Y yo, viéndome en dicha situación, quería forzarme a quedarme callado, pero no…no pude…y hable.
— ¿Qué es está mierda? —pregunte en voz alta. —Esto es genérico, cliché y predecible. 2/10. ¿No pudiste añadirle algo, pendejo? ¡Salte del molde, maldita sea!

Todos se me quedaron mirando, sin habla, sorprendidos, perplejos, desconcertados, y otros sinónimos; vacilantes ante que hacer o decir.
Una persona rompió el ruido, la dueña, quien sonreía de oreja a oreja. Ella se me acerco, a pesar de tener unos 40 años, su cuerpo está decentemente mantenido, y su rostro ah soportado bien el paso del tiempo…lástima que su vagina apeste tanto.
— ¡Bien dicho! Eres un buen chico…, siempre sabes que decir.

Un rayo de esperanza, ella tal vez pueda ayudarme. La dueña me llevo hacia fuera, a su auto, y nos dirigimos hacia su casa. Al parecer la hice calentar.
Al llegar a su casa, rápidamente me tiro sobre la cama, me bajo los pantalones y bueno…ya te imaginas. Luego subió encima de mí, y estuvimos ahí por un tiempo.

Mientras ella me montaba, yo no podía dejar de pensar en mi problema y en cómo arreglarlo. Sonreí porque al menos deje de ser un personaje unidimensional, ahora tengo un conflicto interno, ya deje de ser ese sujeto arrogante que se cree superior por ser capaz de discernir entre que dibujito chino es y no es mierda.
Pero bueno, después de todo, es normal sentirse así, ¿no? Digo, cuando yo era niño, recuerdo como me sentía superior cuando terminaba el examen de primero.
Me ponía de pie y caminaba con estilo mientras la hoja se balanceaba con el viento que imaginaba que era capaz de producir. Mis contemporáneos me observaban maravillados, ellas se humedecían, ellos deseaban ser yo.

Al llegar donde la profesora, quien se quito los lentes de una forma seductora. Y entonces yo dejaba la hoja boca abajo y regresaba como todo un triunfador. Al día siguiente me entregaban el examen y vi como saque un 0…Pero lo importante es, que me sentí genial porque haber creído que había logrado algo estupendo. Y que después resultara que soy un pendejo, es otra cosa.

Al día siguiente regrese a casa, muy temprano en la mañana. Llegue a la parada de buses, y una chica se sentó a mi lado. Ella era muy linda, pero, si bien yo sabía que también se le daba un número a las personas, no sabía cuál era el proceso. Pero note que tenía un rostro simétrico, ojos profundos, unos labios apetitosos; cabello lacio y negro, un buen cuerpo. Y sin pensarlo dije:
—8/10
— ¿Disculpa? —me preguntó confundida.
¡Fuck! Lo dije en voz alta.
—Oh…nada, lo siento. No fue nada.
—Pues yo creo que eres un 7. Estás bueno.

ESCENA FINAL: LA CITA

Y comenzamos a salir. Salimos a pasear y…me olvide por completo de mi problema. Era genial, conversar con ella era muy entretenido, disfrute mucho de su compañía. Era feliz así que decidí olvidarlo, ser un crítico sigue siendo genial a pesar de los problemas que me causa. Pero qué más da, este es mi don, mi maldición.

FIN